martes, 2 de julio de 2013

Diarrea Mental

Leer es digerir deshechos del otro. Todo aquello que es incapaz de expresar, viene impuro hacia nuestra mente, a envenenarla con su vida. Leer es comerte la mierda de otro, pero para poder escribir tu mierda debes primero digerir las demás, de este modo, los "escritores" no somos más que escarabajos peloteros con el doble de trabajo.

En las Tres Mellizas

Hace algún tiempo vi una historia, en una serie de dibujos animados, en que salía un personaje magnífico. Creo que quedé identificado para siempre con él. No es que mi máscara se parezca a él en absoluto, tampoco se puede decir que me pase todo el día tal y como él era retratado.


A la manera del Principito, yo también sufro las puestas de sol.


El personaje era un viajero, con una caja de galletas. La caja de galletas era muy importante para él; mientras comía alguna y la sostenía, en momentos aislados, recordaba su pasado, se ponía triste y melancólico. Pero nunca quería acabarla, le dolía tener que comerse las galletas; le gustaba y al mismo tiempo odiaba ese estado.

Cuestión de un par de años II

(Esta es la entrada movida por el miedo.)

En alguien había que probarlo. Ahí estaba el suero de la verdad, derramado en el vaso de agua que le llevaba a su mujer. ¿Pero qué pregunta podía hacerle para asegurarse de que era verdadero? ¿Tenía que preguntar si le había engañado alguna vez? ¿Pero y si nunca le había engañado? 

Además, él no quería saber eso. Pero tenía que preguntar algo. Ella bebió el vaso, inocentemente.

¿Alguna vez me has querido?



Y el deseó que fuera mentira.

Y por siempre, siempre, siempre ¡Me encanta [...] !

El señor alcalde había hecho grandes cosas por la ciudad. La primera, había sido limpiar los estratos más bajos. ¿Cómo? Dándoles puestos en el ayuntamiento.También había logrado parar el gran índice de paro reinante. ¿Cómo? Dando puestos en el ayuntamiento. Y luego empezó a construir y construir, haciendo que toda la ciudad fuese un ayuntamiento gigante.

Al final, todo el mundo diría que había hecho muchas cosas por la ciudad, y desde luego que sí, había trasladado la ciudad al Ayuntamiento. Bajo sus órdenes.

Despertar a la Pesadilla

- ¡Ah! - Había gritado Fewlos al despertar. - ¿Dónde estamos?

Sus compañeros habían desaparecido. Se hallaba en un lugar totalmente oscuro, pero se podía sentir la soledad, que era palpable. 

Siesta en una biblioteca de la US

¡Dios mío!

¡Qué calor! ¿Cómo es posible? Da la impresión de que las paredes se funden, que mis ojos se van a derretir en cualquier momento, y, que, mi vista, cual fotografía, se difuminará poco a poco...

¡Espera, espera, espera! ¡Ya lo tengo! ¡Estoy en una sartén y estoy siendo cocinado!

Entonces espero que luego me echen ketchup, que está fresquito.

El ansia viva

Nunca había habido tantas golosinas en el cuenco. En los buenos tiempos, dos o tres, a lo sumo cuatro. Los pilluelos no podían esperar, y prácticamente las devoraban a todas horas. Les comprendo...

Es la pasión, Francisco.

A veces, había cuatro. Se esperaban. Se juntaban para comérselas, ya sabes. Los días especiales. Comían casi a todas horas, pero había días que se esperaban concretamente, los que tenían hambre aguantaban como podían, se mordisqueaban las uñas, con tal de esperar a los demás.

Y parecía que no comían otra cosa sino aquellas golosinas, pero no... ya descubrí eso más tarde.

Pasatiempo matutino

Paralelas, las sigo con la vista en carrera vertiginosa hasta que se cae mi vista de la cama.

-¿Es que nadie ha reparado alguna vez en la inconveniencia de las sábanas a rayas?

Mejor no dedicar cuentos

Si alguna vez llegase a afirmar a alguna chica "Tú has sido mi mayor fuente de inspiración, mi parte de El Cadalso es más tuya que mío". Entonces, ¿por qué clase de loco sanguinario y violento me tomaría?

Imitador, imitadora, o imitadores.

(Hay días que me pongo a tratar de escribir muchos cuentos para El Cadalso, y entonces es cuando puede leerse lo peor de lo peor que se ha publicado aquí. Al principio no me parecía una cosa mala siempre que encontrase entrada diaria, pero recientemente, después de leer otros blogs, me he dado cuenta de una cosa:

Cuando escribo de forma pésima, escribo exactamente igual que [...] y me da ASCO.)

Así que no me pidáis entradas diarias.

Ah, mira, una Luna

La chica de pelo castaño y mejillas sonrosadas que había sido besada por aquel chico que se deshizo en agua nada más hacerlo y que luego más tarde iría a repudiarla se llamaba, por cierto, Selene, y era una Luna.

A veces sucede que, igual que con Dios, alguien se imagina una figura antropomórfica de un astro celeste, y así pasaba con Selene. La imaginación necesaria para convertir algo terriblemente blanco (o gris) en una fiera de pelo castaño y mejillas sonrosadas sólo podía venir de Eve, una chica de menos de cinco años, que, obviamente, no sabía aún asociar los colores a los objetos reales.

De hecho, años más tarde, cuando Selene desapareciese al descubrir el papel sobre la nevera que probaba su existencia, Eve simplemente diría "Ah, mira, una Luna", y de ese modo terminaría esta historia para siempre.

No sé en quién estaba pensando

Y aquel muchacho de parecer volátil, de grandes ilusiones y mayores sueños, se deshizo en agua al recibir el primer beso de aquella chica de pelo castaño y mejillas rosadas.

Había quedado poco más que un fuerte olor a sudor y una masa de ropa en el banco. Él interpretaría más tarde que algún dios no quería que él le cayese en gracia a la chica de pelo castaño y mejillas rosadas, y por eso al día siguiente, a pesar de que obviamente no estaban casados, fue expresamente a su casa y gritó:

¡TE REPUDIO!

¿Sueñan las parábolas con funciones trigonométricas?

- ¿Cual es la enfermedad que sufre una parábola al darle demasiadas vueltas a un eje y?
- Trastorno paraboloide

Resignación

Con los brazos en uvedoble, María expresó todos sus sentimientos de golpe:

"Quéidiotaqueeresperocuántotequiero"

Que venía a ser lo único que podía decir ante tal amasijo de llantos y fracasos.

Última hora

Comunicado especial de las cucarachas: Da igual el empeño que pongáis en limpiar vuestras casas. Da igual que cerréis las rendijas de las puertas de los bajos.

TENEMOS ALAS Y PODEMOS LLEGAR A DONDE NOS DE LA GANA

P.D. Por lo menos nosotras no mordemos.

(Nota: Creía haber publicado esto hace tiempo, de cualquier manera, algo de información esencial nunca viene mal)

Problemas de drogas

Él va oteando tímido su reino. Mientras anuncia a los que están abajo que otro reinado está a punto de comenzar, el sol se empecina en retrasar su llegada; se ha entretenido con el opiáceo de las estrellas.

Dicen que este verano será el más frío en mucho tiempo...

La noche y el frío

(Para A... )

Hacía frío y no querían quedarse solos. Él le dio su abrigo y la despidió, contento por desasirse de aquel momento embarazoso.

Se dio cuenta en ese momento de que iba a morir de frío, y empezó a correr. Corrió de manera desesperada, obseso por entrar en calor. Pero cuando sus piernas se calentaron, se derritieron y, entonces, se acabó la huida.

Ídolo

Era un artista poco convencional. Era un artista malvado, era un arquitecto del mal, era mucho mejor que cualquier genio del mal con fuertes estudios de matemáticas, estadística y química.

Nunca dijo una palabra de su secreta aficción a retorcer todo cuanto se hallaba a su paso, de manipular a todo ser que se le acercase. Un día, por fin, logró ser el responsable de construir la Estatua de la Justicia en la Plaza Mayor.

La balanza sutilmente inclinada, el pañuelo atado, pero no demasiado fuerte...

La espada afiladísima.

Así se hace la bomba

¡Ah! - Exclamó Oppenheimer - Esta sí que es una "buena" idea...

Yugular

Sólo el alto cuello del jersey podía disimular el secreto.

Desdentado

Era un viejo uniceja, con una barba muy densa que prácticamente convertía su cabeza en una especie de pelusa. Recuerdo que andaba patéticamente y que sin embargo parecía mantener siempre una sonrisa desgarradora para todos los portadores de una melancolía como la mía.

Su sonrisa me hacía tanto daño (el lobo ya me había contagiado su agrio comportamiento) que no pude menos que preguntar:

- ¿Eres feliz?

Él vio el hambre en mis ojos y respondió, sin titubear:

- Sí.

- ¿Y por qué eres feliz?

- Es muy sencillo; le digo a cada idiota que me lo pregunta que lo soy, y así, ni ellos ni yo tenemos dudas al respecto; pues yo nunca hago preguntas.


Required field must not be blank

Cada pequita, una estrella; la buena suerte no le abandonaba.

La naturaleza no sabe de matemáticas

Un buen profesor de  ingeniería, lo he notado, no dice que la materia está regida por las ecuaciones, dice que "las ecuaciones modelizan (más o menos bien) este fenómeno".

domingo, 30 de junio de 2013

Los placeres esquivos

- Ahora agáchate.

Mis ojos no hubiesen soportado otro vistazo, y giré a la cabeza, permaneciendo detrás de la cortina, agazapado. Quise inmediatamente salir de la habitación, pero sabía que sería descubierto.

Él permanecía de pie, y una sonrisa de satisfacción se adivinaba en su mirada, aunque sus labios permanecían severos. ¡Qué duro en sus castigos! ¿Cómo podía la criada soportarlo siquiera, cómo no escapaba inmediatamente, por qué permanecía allí, en esa sala, agachada frente a él... ? La postura era casi imposible, y se diría que nadie podría soportar ese dolor físico voluntariamente.

Vino entonces el mayordomo y trajo más muchachas. Estas contemplaron a la humillada criada con diferentes emociones, que iban desde el espanto hasta la divertida lascivia. El amo asintió al mayordomo y también aparecieron mancebos, cuya descripción y recuerdo me produce un dolor profundisimo, pues estaban mutilados de una manera horripilante, de una manera que sólo una mente retorcida sería capaz de comprender; no lo hice yo por tanto. Las muchachas estaban sanas, pero estos jóvenes parecían haber participado de los caprichos del señor desde hacía largo tiempo.

Cada impacto era una pequeña aguja que se me clavaba en la mente y cuya herida pensaba que no cicatrizaría jamás. Y allí estaba el Perro, allí estaba junto a su amo, mirándolos. No parecía inmutarse; de alguna manera sabía que debía permanecer quieto, sin esperar nada.


Es por el arte

Nuestra historia es muy bonita y tiene un final muy feliz. La pena es que nadie vaya a comprarla.

Mejor esclavos

Días después, el olor almibarado de aquella habitación, los gritos y los orgasmos seguían produciéndome escalofríos. ¿Cómo haría yo para olvidarme de todo aquello? ¿Cómo podría continuar mi vida a partir de ahora?

El Perro me miró, mostrándome una sonrisa cálida y ofreciéndome, empujando, un cuenco con una bebida caliente.

- Ahora te comprendo, mi silencioso amigo. De todos los espíritus que en mi vida he conocido, tú eres el más callado, y sin embargo, del que más he aprendido. Quizás lo bueno de tu mudo discurso ha sido el principal protagonista; el hombre a quien sirves. Tú me has enseñado a un hombre, y aunque yo no lo comprendía al principio, me has enseñado al Hombre.

Seguía mirándome con sus ojos vivos, el bello dálmata parecía comprender todo lo que le estaba diciendo

- La libertad de un hombre no conoce límites más allá de su poder y sus capacidades. El Hombre es también libre para las peores fechorías y los mayores atropellos.


Pereza

Ella se imaginaba un mundo perfecto en que ambos no tuvieran que levantarse jamás; él ya lo había construido; una tumba bajo seis pies de tierra.

Regreso a la tierra quemada

Tuve un impulso de que supieras que te habías equivocado. Tuve un impulso de hacer que fueras infeliz, de recordarte todo lo que pudiste tener, de negar todo lo bello que te había pasado. Tuvimos una breve conversación; parecías distante, segura, distraída. Quizá pensabas en aeroplanos, en exámenes o en las nubes que yo no te dejaba ver.

Yo no podía soportar la idea de que hubieras sido feliz sin mí, y tú sin embargo, en aquel día soleado, me rechazaste.