Mis ojos son una cuenca abierta a recibirte. Mis manos son apenas piedras, sin músculos, dispuestos a servirte. Mis piernas son meros palos, dispuestos a celebrarte. Mis ingles están vacías, como exigiste. Mi espalda es sólo una columna dispuesta adornarte. Mi pecho es sólo una caja dispuesta a guardarte. Mi lengua no existe, el silencio eterno es la mejor manera de respetarte. Mi entrega es total, mi entrega es sagrada y estoy dispuesto a adorarte.
Entrégame constancia para servirte. Seré frío como el hielo. Seré fiel en la noche eterna. Mientras los hombres fluyan por la vida, yo dedicaré las aguas de mi vida a regar tus vastos dominios.
Me despojo de mi carne y me despojo de mis sentimientos, estoy puro, estoy muerto, para servirte.
5 comentarios:
Toda una muerte para servir.
El principio me recuerda a una canción de la Compañía o.o
Luisito,acabo de escribir una entrada y a continuación he leido ésta...
Coincidimos en algunas cosas,léela.
Me ha gustado,mucho. :)
... me he vuelto a leer lo de Fin, pero no pillo en qué se parecen. En el de Greed hay esa segunda persona, y en la tuya estabas sola.
De todas formas, prefiero pensar que ese yo es el Dios del Viento, o incluso Dios del Océano Ártico, Dios no menos grande en ningún caso que la Diosa de los Hielos, a la que complementa. YO TAN GRANDE COMO ÉL/ELLA/QUIENSEA. Si esto fuera reflejo de la realidad os diría que no sois menos que nadie y que serán afortunadas/ados aquellos a los que decidáis darles vuestra compañía y vuestra amistad. Un abrazo, y sigo debiendo una a Maullido y otra a Ripser (se me acumulan las deudas)
Dios, me encanta
Es taan décadent..
Sepas que esta entrada que no comenté cuando leí esta guardada en un rincón especial material e inmaterial de mi.
Es decir,
me encanta,
magnifique.
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