viernes, 28 de enero de 2011

Declaración de guerra

Óyeme.Te amo.

Te abrazaré hasta romperte. Voy a apretar tu hermoso cuello hasta degollarte, voy a apretar mi cabeza contra la tuya muy fuertemente, hasta sangrarte. Te aspiraré hasta absorberte. Mojaré mis dedos en tu sangre y me teñiré la melena, mancharé mi cara con el polvo de tus huesos.

Óyeme, te amo, te amo, te amo, voy a repetir hasta la saciedad. Voy a hincharme cada vez más con estas palabras, voy a hincharme tanto que no voy a caber en esta habitación, pero óyeme, ¡voy a romper la habitación, mis pulmones absolutamente llenos de tí van a romperme desde dentro!

Y cada vez más grande, apagaré el sol y vivirás en oscuridad, y por fin reventaré y tú serás nada en la nada espacial, y yo, ¿yo qué seré? La mayor estatua en tu honor, un gigantesco hombre con el pecho reventado.

miércoles, 19 de enero de 2011

La serpiente

Los hombres han olvidado la verdadera forma de las cosas. Círculo, rectángulo, prisma, tetraedro, todas esas cosas no existen en nuestro mundo. Yo he visto que las cosas carecen de forma, yo he visto más allá que las ratas. Ellas sólo se ajustan a las ciudades, han aprendido a reptar en otra jungla distinta de la mía, pero yo aún busco la tierra bajo la dura piedra de las ciudades. Allí, protegida de las pisadas, dejo a mis pequeños. Cuando salgo la luz del día ciega mis ojos, sufro en silencio para que no me encuentre el jardinero. Mi piel selvácea destaca entre los grises tonos de la ciudad, pero yo sé que las rectas que definen a los hombres tienen pliegues, que ningún terreno es plano, y nada, nunca, está poco inclinado.

Lo único que se parece, y cuya verdad compartimos, al final del pasillo de la vida, es la línea eterna del horizonte...

domingo, 16 de enero de 2011

El atracador y el atracado

Llevas aquí ya dos horas, como un pasmarote, y no has conseguido nada. Demasiado temeroso. El hombre enchaquetado era perfecto, pero lo dejaste escapar. Bueno, también es cierto que era muy arriesgado. De hecho, en menos de un minuto llegaron otros tres tipos. Te habrías metido en un buen lío. Sí, es cierto. Pero con la mujer no hay peros que valgan, desaprovechaste la mejor oportunidad. Demasiado temeroso. Ese bolso podría haber sido tuyo y ella parecía demasiado bien acostumbrada como para atreverse a plantarle cara a un atracador. Esa era la tuya y la dejaste escapar. !Eh¡Parece que no viene nadie más y ese hombre está completamente solo. Pero no tiene pinta de llevar mucho encima. Bueno, algo tendrá; no puedes irte con las manos vacías después de todo este tiempo. Vamos, ahora o nunca. Espera. No, venga. Así, bien, te has atrevido. Disimula, ve hacia él. Te está mirando. No importa, sigue, mira hacia otra parte. Acércate más. Serenidad.

- No se te ocurra mover ni una pestaña o te mato. Dame tu cartera con todo el dinero que lleves.
- Por favor, hágalo, máteme-. ¿Qué?
- ¡Dame el dinero, no te resistas y será mejor para los dos!
- Sí, es suyo. Pero por favor, máteme-. ¿Qué coño está diciendo este tio? - Se lo suplico. No quiero vivir más-. Se te está acercando.
- ¡Quieto! No te muevas. Dame el dinero. -
Y ahora se pone a llorar. - ¿No me va a matar verdad? - entre sollozos-. Esto va mal, está loco, aléjate de él. Ten cuidado. - ¡No se vaya! ¡No me deje aquí!-. Vete cagando leches, ¡corre! - ¡No! ¡Por favor! ¡Usted iba a matarme! ¡Se lo suplico, por todo el dinero! ¡Vuelva! ¡No me abandone! ¡Noo!

Los gritos desconsolados ya suenan a lo lejos.

Para casa rápido. Y será mejor que te tomes un descanso; podrás apañártelas. Ahora, relájate.

miércoles, 5 de enero de 2011

Cuentos del medievo VII


Hemos cruzado medio mar y parte del desierto para llegar hasta aquí. Hemos combatido contra mantícoras, basiliscos, grifos, hipogrifos, con toda la familia de los felinos, con reptiles extintos, con animales mitad felinos, mitad reptiles, hemos soportado los tormentos del estrecho de las sirenas. Nos hemos protegido de los asesinos, de los traidores, hemos limpiado nuestra comitiva de los infieles, hemos contraído nupcias con el peligro, nos hemos bautizado en fuego, y aún así, nada nos distingue de aquel borracho, ya que le mentimos una vez a la Bruja.

¿Qué le dijisteis?

Que le amábamos.

lunes, 3 de enero de 2011

Cuentos del medievo VI


Érase una vez una heroína que era ella, sólo que en un mundo diferente. En ese mundo, ella era una araña, justo como ahora es, sólo que de forma literal.

Condenada a rescatar a todos los héroes que caían en sus redes, la pobre arañita murió de hambre, pero al menos, vivió como una heroína mientras liberaba a los demás del cruel destino que hubiese resultado vivir bajo sus pies.

domingo, 2 de enero de 2011

sábado, 1 de enero de 2011

Del Delirio, el Amor y la Astrofísica

Érase un joven hombre que creía haber encontrado el amor de su vida. Cada vez junto a ella la abrazaba con gran fuerza, la apretaba contra sí con un ímpetu casi doloroso, de tanto que la quería. Sin embargo, sólo creía que lo hacía, porque en realidad aquel amor era sueño, realidad únicamente dentro de su ser.
Hubo un día que la apretó tanto, creyendo que estaba entre sus brazos, se comprimió tanto contra su propio cuerpo que hizo de sí mismo un diminuto amasijo, una pequeña bolita hiperdensa, hasta que se hundió en el suelo. Con tal brío continuó aquel abrazo que terminó convirtiéndose en un punto de materia conglomerada, un agujero negro que se tragó pronto a todas las cosas que conocía en el mundo.
Y así se dio cuenta de que sólo entonces fue capaz de tenerla en su seno. Allí estaba ella, existente, entre bosques, montañas, mares y ciudades, a ella, dentro de él, en una profunda conexión inabarcable e infinita.