(Esta es la entrada movida por el miedo.)
En alguien había que probarlo. Ahí estaba el suero de la verdad, derramado en el vaso de agua que le llevaba a su mujer. ¿Pero qué pregunta podía hacerle para asegurarse de que era verdadero? ¿Tenía que preguntar si le había engañado alguna vez? ¿Pero y si nunca le había engañado?
Además, él no quería saber eso. Pero tenía que preguntar algo. Ella bebió el vaso, inocentemente.
¿Alguna vez me has querido?
Sí
Y el deseó que fuera mentira.
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