domingo, 30 de junio de 2013

Regreso a la tierra quemada

Tuve un impulso de que supieras que te habías equivocado. Tuve un impulso de hacer que fueras infeliz, de recordarte todo lo que pudiste tener, de negar todo lo bello que te había pasado. Tuvimos una breve conversación; parecías distante, segura, distraída. Quizá pensabas en aeroplanos, en exámenes o en las nubes que yo no te dejaba ver.

Yo no podía soportar la idea de que hubieras sido feliz sin mí, y tú sin embargo, en aquel día soleado, me rechazaste.


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