(Para A... )
Hacía frío y no querían quedarse solos. Él le dio su abrigo y la despidió, contento por desasirse de aquel momento embarazoso.
Se dio cuenta en ese momento de que iba a morir de frío, y empezó a correr. Corrió de manera desesperada, obseso por entrar en calor. Pero cuando sus piernas se calentaron, se derritieron y, entonces, se acabó la huida.
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