viernes, 10 de septiembre de 2010

Cavilación

Mirando la lámpara modulable de mi cuarto, se me ocurrió que era muy parecida a un tulipán, y que igual podía regalártela, cariño. Como cuando íbamos al campo, quiero decir, cuando el campo existía, y allí entre flores nos mecíamos, felices el uno del otro.

Ahora que estás tan plastificada como las flores en que nos mecíamos, igual querías algo diferente, no sé, algo más electrónico, funcional, ¡y para colmo modulable! ¿No es el colmo de todo lo que deseas? Además, tiene un parecido a los tulipanes, así que también podemos decir que es bonito. Si mi parecer no te sirve, también lo ha dicho un diseñador moderno...

Leí en una revista (porque ahora los hombres leemos revistas) que esos eran los adjetivos que debían definir a un objeto para que fuera adecuado como regalo, no me lo eches en culpa.

Además, ¡es modulable!

4 comentarios:

Cristina Domínguez dijo...

Dios mío, ¡¿es modulable?! Impresionante.

Layne dijo...

:) Las lámparas modulables son...
adoraaaables (L)

Enthäs de Leonsbane dijo...

El que sea modulable es un factor muy a tener en cuenta.

Unknown dijo...

Oins, es que a mi me ponen una lampara de Ikea y . . . me vuelvo loca.