viernes, 9 de julio de 2010

Del extravagante autoaborrecimiento mórbido

Ahora llegaba otro sonido. Ruido, además de los graznidos. La madera de las ruedas contra el limo del camino. El girar de una pareja de ruedas desgastadas y un latido. Después otro. Flemático, un corazón titánico palpitaba sobre alguna suerte de carruaje. Allí encima recorría el sendero, como devorado poco a poco por su propio volumen inmensurable, alimentado de la pasión por sí mismo, en un proceso de angustia sosegada. Aquel órgano hipertrofiado observaba soberbio el infausto paraje circundante, como un soberano decadente; y sus ojos y sus fauces, distorsionados, se enfrentaban con faz placentera a todo cuanto contemplaba mientras era porteado en aquel decrépito y ruidoso trono portátil. Antaño fue una carroza, de esbeltez ya raída, de sordidez hace años ausente, desdibujada, y vestida de colores ahora desgastados. Lo fue porque su habitante, con el tiempo, la resquebrajó hasta dejarla sin techo ni paredes, y silenciando con su masa el quejido que los asientos de rojo cuero proferían al soportar el peso de las posaderas ajenas. Quizá la carroza más elegante de Valledendro, tallada en madera de nogal negro, de la que luego no resistirían más que las ruedas y el suelo, residencia de un voraz buprespido asedentariado, hortelano de hongos de la pudrición.

Y cargándolo, ni bueyes ni corceles: un ser enteco, alto pero débil, frágil como una caña, de reojo atisbando, a cada paso, al corazón titánico, como temeroso, quizá esperando alguna reacción impredecible por parte de su amo. Aquel ser escuálido coronaba su palidez enfermiza con un sombrero de copa grande y negro, y vestía su flaqueza con un traje elegante y distinguido, polvoriento sí, quizá colorido en otro lugar, pero no bajo las sombreas de los árboles de Páramo Parenquimatoso, donde todo era gris.

2 comentarios:

Ripser dijo...

Inquietante radiografía :)

rafarrojas dijo...

peripatético y estocastoclástico

("en Chile, arte de pesca", es lo que siempre contesto cuando juego al diccionario, al menos una vez)