Es lo insólito de nuestras desgracias lo que nos define, mucho más que cualquier alegría pasajera. Estamos determinados, sin embargo, por cómo somos capaces de experimentar estas desgracias, y por el grado de intensidad que les otorguemos.
Por eso los que nunca se han topado con las vicisitudes serias de la vida se mueren de aburrimiento. Y luego están los que se agarran a la bendita decadencia con tal de no perder el rumbo.
Siempre he dicho que la personalidad de los electrodomésticos está en sus rallones y abolladuras... De la misma forma, las personas que sino sería idénticos unos a otros se diferencia en sus marcas, pecados y desgracias. Si estas son muchas, casi no se reconoce al ser humano que hay debajo. Si demasiado pocas, se corre el riesgo de convertirse en acero inoxidable, ajeno e incapaz de comprender el mundo.
5 comentarios:
eres genial
Por eso los que nunca se han topado con las vicisitudes serias de la vida se mueren de aburrimiento.
Y luego están los que se agarran a la bendita decadencia con tal de no perder el rumbo.
Pues sí, pues sí
Siempre he dicho que la personalidad de los electrodomésticos está en sus rallones y abolladuras... De la misma forma, las personas que sino sería idénticos unos a otros se diferencia en sus marcas, pecados y desgracias. Si estas son muchas, casi no se reconoce al ser humano que hay debajo. Si demasiado pocas, se corre el riesgo de convertirse en acero inoxidable, ajeno e incapaz de comprender el mundo.
En las tribus totémicas quien más cicatrices tenía era considerado "el más cercano a un Dios"
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