viernes, 30 de septiembre de 2011

Maternadas I

Y en el instante en que lo comprendió todo, de repente, un viento huracanado vino a llevársela y a impedirle correr hacia sus más ansiados deseos, de modo que, al final, se llevó la cabeza y así fue como la mujer se descompuso en polvo, con una terrible mueca de sorpresa.

Empezó por su pelo a descompononiéndose poco a poco, y ella notaba el tirón en la piel del cráneo, luego, y de manera uniforme, sus brazos empezaron a borrarse como si el Creador se hubiese arrepentido de tales trazos, y finalmente, sus pies, su cuerpo y su cara quedarían reducidos a un montón de ceniza.

Años más tarde, esta ceniza sería usada, pero eso ya es otra historia.

1 comentario:

rafarrojas dijo...

sic transit gloria mundi
tempus fugit
nuestras vidas son los rios
ashes to ashes
y, en definitiva, que lo único que distingue a la prota de todos nosotros es la alegría del descubrimiento y el fastidio de no vivir para disfrutarlo.
Un abrazo a todos