Un día voy a escribir una novela sobre un presidente honrado. Bueno, matizo. Tiene que ser un antiguo y terrible lameculos, que haya conocido a miles de corruptos y pasado la mano, cuya familia entera esté hasta arriba de esnobismo y de hipocresía, pero sin embargo, el quiera mancharse de barro si hace falta con tal de hacer las cosas bien.
Insisto, un antiguo y terrible lameculos. Ya lo de los mafiosos y lo de los pistoleros no se lleva. Ahora, el nuevo oficio íntegramente criminal, al margen de la ley y de la moral de la gente corriente es lameculos.
Y entonces este tratará de resarcirse y dejar de hacerlo (aunque algunas veces sienta la gran tentación de caer en las garras de la adulación a otros), y conocerá perfectamente el oficio de todos aquellos que le rodean.
¿Y se convertirá en un dictador, o asumirá que tras su corto "reinado" volverá otra ola de incompetencia... ?
¡Tendréis que leerosla para saberlo!
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