Óyeme.Te amo.
Te abrazaré hasta romperte. Voy a apretar tu hermoso cuello hasta degollarte, voy a apretar mi cabeza contra la tuya muy fuertemente, hasta sangrarte. Te aspiraré hasta absorberte. Mojaré mis dedos en tu sangre y me teñiré la melena, mancharé mi cara con el polvo de tus huesos.
Óyeme, te amo, te amo, te amo, voy a repetir hasta la saciedad. Voy a hincharme cada vez más con estas palabras, voy a hincharme tanto que no voy a caber en esta habitación, pero óyeme, ¡voy a romper la habitación, mis pulmones absolutamente llenos de tí van a romperme desde dentro!
Y cada vez más grande, apagaré el sol y vivirás en oscuridad, y por fin reventaré y tú serás nada en la nada espacial, y yo, ¿yo qué seré? La mayor estatua en tu honor, un gigantesco hombre con el pecho reventado.
2 comentarios:
Oh dios mio, magnifico
Inmenso, mi admiración por semejante escrito se expande de manera inflacionaria cual universo en su estadio primitivo, en el tiempo de Planck.
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