- Te voy a contar una historia. Teníamos un amigo, allí en Mairena.
- Ahá.
- El cabrón fumaba todos los días, tenía trabajo, y como el menda vivía en casa de los padres, el nota tenía un montón de pasta. Cogía cinco euros todos los días y se los fumaba el muy cabrón, no paraba, siempre emporrao, y se pasó así como cinco años, o siete.
- ... -
- Y un día va y dice: "Dejo de fumar"
- ¿Y?
- Nah, ahí se murió mi ídolo. Se sigue juntando con nosotros, nunca fuma... Pero creo que echa de menos el humo, y el nota se acerca al parque siempre, a olerlo.
4 comentarios:
Esta pequeña historia, verídica, me ha servido para profundizar en el habla sevillana de mi compañero de clase, cuya maestría en llamar a una persona por diferentes apelativos sin llegar a ser repetitivo es digna de alabanza.
en nuestro público se nota que la selectividad está a la vuelta de la esquina y que los universitarios están hasta el culo de entregas...
eso, y noruega...
le faltó el mítico "gashó"
Qué daño nos hace noruega...
Si al final Eusebio y Aghh tenían razón..
Purísimo xD
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