miércoles, 8 de diciembre de 2010

De perversiones y enfermedades...

Cuando yo era joven, los deseaba. A todos, sin excepción. Desde el más bajo hasta el más alto, el más apuesto y también el más horrendo de los hombres. Los temerarios y los cobardes, los más agresivos y los calmados.


Los deseaba para adorarme, para que me vieran volar muy por encima de sus cabezas, para que me vieran y fueran infelices, y sintieran el vacío que siento cuando no me miran, y sintieran la tristeza de saberse sólos, como yo en las alturas, donde ningún pájaro ha volado jamás. Los deseaba para que fueran más allá del deseo en sus fantasías, para que estas los torturaran y los corrompieran, para que no hallaran descanso ni consuelo jamás ni en sus casas, ni en sus esposas, ni en sus jaulas, ni en sus camas ni en sus tumbas. Deseaba también que me sirvieran, y que contagiaran su enfermedad a cada hombre en la tierra, y así, enferma la especie humana admitiería la grandiosidad de mis delirios.

A los buenos les hundía mis garras nada más verlos, y me regocijaba al verlos caminando con mi cicatriz, mi marca, que les decía a las demás que aquellos estaban tocados para siempre, arrastrados para siempre con mi red. No conocía la piedad, pues yo era hermosa.

A los malvados les reservaba especial tratamiento, me acercaba a ellos sinuosa, fingiendo ser pajarito, y si trataban de atraparme, entonces extendía mis alas, mostraba mis garras y se las hundía profundamente en el vientre, para que se fueran desangrando poquito a poco...

Sabía que yo también era malvada, pero nunca pensé que moriría, cuando ya vieja, mirando hacia abajo, frustrada por mis fracasos, otra arpía me derribó, enseñándome que mi lugar estaba abajo, donde quizá, implorando por un poco de atención, alguien podría darme un trozo de las migajas de su amor...

3 comentarios:

Cristina Domínguez dijo...

Dios santo, hasta las arpías tienen un final triste.

_Greed_ dijo...

En verdá esto no es más que una vulgar copia del genial "Cuentos del Medievo", ahora que lo releo. É lo mismo, pero en mujer y más extenso.

Nocuriel dijo...

que curioso, que sean parecidos (en estética) nuestros blogs