Estaba sentado ahí ya un buen rato. El ritmo del bajo, grabado en algún estudio californiano, le recorría todo el cuerpo cuando cerraba los ojos. Sus bracitos, ridículos y débiles, descansaban palmas arriba en el sofá. Dum, dum, durum, dum. El bajo, las risas de los demás, alguna débil exclamación hacia su soledad, por parte de los otros.
El tipo estaba ahí sólo, durmiendo bajo el aire acondicionado, mientras la gente bebía y reía. ¿Sería su forma de soñar lúcidamente? ¿Padecería insomnio y sólo echándose en lugares extenuantes podría dormir?
De cualquier manera, sólo era un tipo dormido y por ello, le robé la cartera.
3 comentarios:
La música calma a la bestia.
Pobre hombre, con problemas de sueño y encima, ahora, de dinero.
menudo final, hombre x_x
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