jueves, 29 de abril de 2010

Amor interdimensional

Ella no había dejado de seguirle, imperturbable, pues jamás se separaba de él. Hiciera lo que hiciera siempre estaba allí, detrás suya, o incluso enfrente, dejando constancia de su desfachatez. Por las noches lo envolvía fríamente cual esposa adúltera, por las mañanas esperaba pacientemente a que se levantara.

Estaba aterrorizado. Yaciendo frente a él, juguetona, su sombra esperaba.

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